domingo, 16 de febrero de 2014

El juego del ego

El ego es la gran idea ilusoria que guía a la mayoría de los seres humanos. Esa idéa ilusoría nos hace percibirnos a nosotros mismos comos seres individuales, diferentes y separados de los demás y del entorno que nos rodea.

Esta idea primigenia que la mayoría considera una verdad irrefutable es la causante de muchos de los conflictos y males que hoy sufre la humanidad.

Al creernos seres individuales, la misma naturaleza de esta idea hace que tratemos de sobresalir sobre los demás. Superar a los demás y tratar de ser el número uno es el proyecto del ser individual y separado del entorno. Este proyecto es en si mismo  un mecanismo de superviviencia.

Pero uno de los problemas de este proyecto es que una vez que lo aceptamos, incluso inconscientemente, la mente empieza a trabajar con unas pautas que fortalecen y cristalizan esta idea primigena de separación.

Una de estas pautas de gran importancia es la tendencia de la mente a encontrar fallos y errores en los demás. Cuando encontramos faltas en los demás nos elevamos por encima de ellos, o de otro modo rebajamos a los demás. Esta tendencia hace que los lazos espirituales de amor y compasión desaparezcan en dicha relación y por el contrario lazos negativos de rencor, juicio, y odio se establezcan  con más fuerza.

Cuando estos lazos se han establecido en la mente comienza el proceso destructivo de la crítica, donde intentamos extender dichos sentimientos negativos hacia una persona o grupo de personas. Esta energía que se basa en el conocimiento falso de que somos seres separados e individuales tiene un gran poder infeccioso y con tan solo escuchar dichos comentarios o críticas sobre alguna persona, nuestra mente queda manchada con estos sentimientos negativos que nos impiden abrir el corazón a la persona criticada.

La auténtica verdad que todas las religiones han proclamado y que nuestra Madre Shri Mataji nos ha enseñado es que todos somos uno. Un solo ser espiritual de pureza sin mancha y poder infinito.  Todos los santos que han evolucionado hasta realizar esta verdad eterna se han fundido en un océano de amor donde la compasión se derrama de igual modo sobre el ser amoroso que sobre el ser confundido fuente de odio y rencor.

Para el ser que quiere evolucionar al estado espiritual de unión con el todo, es indispensable comprender este juego del ego y trabajar a traves de la introspección en eliminar dicha tendencia de la mente a juzgar a los demás y al mundo que nos rodea.  No hay un solo ser en este universo que merezca nuestro juicio y condena. Esto de ningún modo significa que no hay seres en estado de desequilibrio y trabajando de un modo negativo. Pero aún en este caso si verdaderamente queremos ascender al estado de unión debemos desear y trabajar para abrir nuestro corazón a todos. Esto significa: "Abrir nuestro corazón al espiritu que vive en el corazón de cada ser. Abrir nuestro corazón a la divinidad que hay en cada uno. Abrir nuestro corazón a todos"

Por supuesto lo negativo ha de ser eliminado, pero no somos nosotros los salvadores del mundo que han de luchar con la espada. Somos aquellos que han de luchar con la antorcha del amor ilimitado. El amor y la compasión que cuando nacen en el corazón se enfrentan al ego que dice: "Esta persona es negativa", diciendo en respuesta: "No creo que esta persona sea tan mala. Seguro que tiene algo bueno. ¿Soy capaz de ver lo bueno en ella? ¿Soy capaz de acercarme a ella con amor, de hablarla con amor?

Ese es el verdadero sahaja yogi, no el salvador de Sahaja Yoga sino aquel que derrama bendiciones sobre todos y cada uno indiscriminadamente.