Si hay un camino directo, rápido y seguro a la experiencia de la divinidad, ese es el bhakti.
Bhakti es amor incondicional y desinteresado. Es una intensa emoción que fluye de lo más profundo de nuestro corazón, de nuestro espíritu, hacia el Ser Supremo. Es una experiencia trascendente capaz de superar todas las leyes de la naturaleza, una linea directa a la más profunda experiencia espiritual que elimina en un instante todo obstáculo y limitación en el devoto. Es un néctar que transporta al devoto hasta el corazón del Ser amado, disolviéndose ambos en un solo Ser.
El bhakti es innato en almas evolucionadas que durante varias vidas han buscado la unión con el Ser Supremo. Es un flujo arrebatador fluyendo por todos los nervios del cuerpo, erizando el bello y haciendo brotar un torrente de lágrimas de amor. Entonces la atención se une con una intensidad indescriptible con el ser amado. El devoto envuelto en un torbellino energético de emociones sublimes entrega al ser amado cada célula de su ser, toda su vida presente pasada y futura, todo lo que ha sido y será.
En el estado de bhakti el devoto acepta de buen grado lo mas grandiosos sacrificios imaginables por amor al Ser amado. Si hay una bendición que el buscador de la verdad ansia es el don del bhakti en su corazón. No existen palabras para describir la belleza del sutil y poderoso poder divino del bhakti. Bhakti es el éxtasis espiritual que colma el alma de gracias.
El bhakti tiene su origen en la unión mas trascendental, la unión del Shiva y Shakti. El bhakti es el amor de la Diosa por su Señor y el del Señor por la Diosa. Ambos son uno y por esta razón el verdadero bhakti es ananya bhakti. Como describía el Señor Krishna; donde no existe el otro. Solo en ese estado de intima unión con el Ser amado donde el devoto desaparece para que solo el Señor exista se manifiesta con toda su intensidad y profundidad el verdadero bhakti.
Es en ese estado de perfecta unión donde el devoto puede experimentar la gracia de su Señor en cada célula de su cuerpo y es también en ese estado donde el Señor disuelve toda limitación u oscuridad del devoto para que solo la luz Divina brille a través suyo. En ese éxtasis maravilloso el devoto se deleita contemplando la presencia Divina del amado en su propio Ser.
El bhakti es una cualidad innata que no puede ser manipulada por la voluntad ni por el ego. Al igual que con el deseo puro, se desarrolla a través del proceso evolutivo a lo largo de numerosas encarnaciones. Pero aunque el bhakti no puede ser manipulado si puede ser favorecido por ciertos hábitos positivos. El hábito de la oración sincera, el diálogo de corazón a corazón con el ser amado favorece la apertura de los canales a través de los cuales puede manifestarse el bhakti. Una simple palabra sincera de agradecimiento surgida del corazón, podría ser más poderosa que la repetición mecánica y ritual de los mas complicados mantras. El bhakti no es mecánico sino espontáneo. El hábito diario de dialogar dulcemente con el ser amado, buscando siempre la completa sinceridad y el verdadero anhelo, moviliza la energía del corazón que poco a poco empieza a despertar del letargo y manifiesta el bhakti divino.
Bhakti es amor incondicional y desinteresado. Es una intensa emoción que fluye de lo más profundo de nuestro corazón, de nuestro espíritu, hacia el Ser Supremo. Es una experiencia trascendente capaz de superar todas las leyes de la naturaleza, una linea directa a la más profunda experiencia espiritual que elimina en un instante todo obstáculo y limitación en el devoto. Es un néctar que transporta al devoto hasta el corazón del Ser amado, disolviéndose ambos en un solo Ser.
El bhakti es innato en almas evolucionadas que durante varias vidas han buscado la unión con el Ser Supremo. Es un flujo arrebatador fluyendo por todos los nervios del cuerpo, erizando el bello y haciendo brotar un torrente de lágrimas de amor. Entonces la atención se une con una intensidad indescriptible con el ser amado. El devoto envuelto en un torbellino energético de emociones sublimes entrega al ser amado cada célula de su ser, toda su vida presente pasada y futura, todo lo que ha sido y será.
En el estado de bhakti el devoto acepta de buen grado lo mas grandiosos sacrificios imaginables por amor al Ser amado. Si hay una bendición que el buscador de la verdad ansia es el don del bhakti en su corazón. No existen palabras para describir la belleza del sutil y poderoso poder divino del bhakti. Bhakti es el éxtasis espiritual que colma el alma de gracias.
El bhakti tiene su origen en la unión mas trascendental, la unión del Shiva y Shakti. El bhakti es el amor de la Diosa por su Señor y el del Señor por la Diosa. Ambos son uno y por esta razón el verdadero bhakti es ananya bhakti. Como describía el Señor Krishna; donde no existe el otro. Solo en ese estado de intima unión con el Ser amado donde el devoto desaparece para que solo el Señor exista se manifiesta con toda su intensidad y profundidad el verdadero bhakti.
Es en ese estado de perfecta unión donde el devoto puede experimentar la gracia de su Señor en cada célula de su cuerpo y es también en ese estado donde el Señor disuelve toda limitación u oscuridad del devoto para que solo la luz Divina brille a través suyo. En ese éxtasis maravilloso el devoto se deleita contemplando la presencia Divina del amado en su propio Ser.
El bhakti es una cualidad innata que no puede ser manipulada por la voluntad ni por el ego. Al igual que con el deseo puro, se desarrolla a través del proceso evolutivo a lo largo de numerosas encarnaciones. Pero aunque el bhakti no puede ser manipulado si puede ser favorecido por ciertos hábitos positivos. El hábito de la oración sincera, el diálogo de corazón a corazón con el ser amado favorece la apertura de los canales a través de los cuales puede manifestarse el bhakti. Una simple palabra sincera de agradecimiento surgida del corazón, podría ser más poderosa que la repetición mecánica y ritual de los mas complicados mantras. El bhakti no es mecánico sino espontáneo. El hábito diario de dialogar dulcemente con el ser amado, buscando siempre la completa sinceridad y el verdadero anhelo, moviliza la energía del corazón que poco a poco empieza a despertar del letargo y manifiesta el bhakti divino.