Las deidades

Los chakras en nuestro interior tienen un plano físico cuya expresión son los siete plexos nerviosos a lo largo de la columna vertebral. También tienen un plano psicológico que se asocia a las diferentes cualidades de nuestra personalidad. Y el plano más sutil de todos es el espiritual en el cual se expresan diferentes energías de carácter espiritual y que tienen una representación tanto individual en nuestros propios chakras como colectiva en todo el universo.

Estas energías espirituales son la esencia y el origen de los demás planos en nosotros. La energía Kundalini en su ascenso trabaja fundamentalmente en este plano sutil, produciéndose un efecto en los demás planos.

En el plano espiritual, cada uno de los chakras se asocia a una o varias deidades, que son arquetipos universales y que tienen una representación en cada individuo. Estas deidades aunque más allá del plano físico y mental, tienen una influencia en estos, ya que son su origen. Una vez que la energía kundalini ha despertado nos conecta con este plano, permitiéndonos tener acceso a estas energías divinas en nuestro interior. A través de los mantras o de sencillas invocaciones, podemos pedir que estas energías divinas despierten en nuestro interior, traduciéndose esto en la apertura de nuestros chakras y en el despertar de las cualidades positivas de estos.

Aunque estas deidades están en un plano al que normalmente no tenemos acceso, a través del mecanismo interior de los chakras con sus canales podemos experimentar la realidad de este plano sutil. Cuando tenemos un bloqueo en algún chakra e invocamos la presencia de la deidad que se asocia a ese chakra, podemos percibir como desaparece el bloqueo, demostrando la existencia de esta deidad y la conexión con el chakra particular.

La conexión con este plano espiritual se produce a través del corazón y de nuestro propio espíritu. Para ello es imprescindible una actitud de gran humildad y entrega. De ningún modo a través de la arrogancia y de la duda se puede acceder a este plano sutil. Pero una vez que Kundalini ha despertado y con humildad invocamos a estas deidades, la respuesta no se hace esperar y podemos descubrir tesoros maravillosos que hay en cada uno de los chakras. El despertar de cada una de estas deidades nos hace experimentar sensaciones maravillosas siempre asociadas al gozo y a la paz interior. Al ser cada una de estas deidades una parte inseparable de nuestro propio sistema sutil, el despertar de estas deidades se experimenta como una perfecta unión de las deidades con nosotros mismos. Esta experiencia tiene cargados tintes emocionales en los cuales uno siente una gran devoción y entrega a estos principios primordiales de suprema pureza. En esta unión uno trasciende el plano físico y mental y se disuelve a través de la energía de la deidad en el plano espiritual disfrutando de sensaciones inenarrables.

Las deidades son reales. Existen con independencia de nuestras creencias y después de nuestra realización, a través de la energía Kundalini, que es el instrumento divino en nuestro interior para alcanzar al iluminación, podemos experimentarlo más allá de toda duda.

Solo después de tener el despertar de la energía Kundalini es útil invocar a las deidades a través de mantras, ya que de otro modo no tenemos el hilo conector, para que dicha invocación alcance su meta. Sería como intentar hablar por teléfono con alguien sin tener la línea telefónica.

¡Que gran regalo el despertar de Kundalini!