En estos momentos de gran despertar espiritual colectivo y donde ha aparecido este gran mercado de lo espiritual, algunas personas se han convertido en buscadores profesionales.
El buscador profesional no busca encontrar solo está interesado en buscar.
Puede que el buscador llegue a un camino verdadero y que le conduce al destino soñado pero que lo descarte por juzgarlo a través de los condicionamientos adquiridos en otras enseñanzas anteriores, o por considerar que no puede ser tan fácil.
Existe una parábola hindú que describe como un buscador de la piedra chintamani, que es la piedra que concede todos los deseos, simbolizando la realización espiritual que nos concede la plena satisfacción, buscó durante toda su vida con gran intensidad donde podría hallarla. La buscó en los sitios más recónditos y en todos los lugares sagrados, la buscó en las montañas del himalaya y por todos los sitios imaginables. Finalmente cuando volvió a su casa muchos años después y se sentó a descansar a la sombra de un arból, a su lado encontró la ansiada piedra chintamani, su gran anhelo, su único propósito. Entonces sin inmutarse dijo; no puede ser tan fácil, y la tiro de nuevo al suelo.
Este tipo de buscador que ha probado inmumerables técnicas de desarrollo personal, diferentes tipos de meditación y todo tipo de terapias, acumula constantemente todo tipo de conocimientos artificiales a través de los muchos libros que devora, creando una gran biblioteca en su cabeza.
El buscador profesional ya lo sabe todo. No está preparado para recibir nada en su interior, ya que cuando afronta algún conocimiento lo compara con el concimiento artificial adquirido anteriormente y resuelve que ya lo sabe. De este modo puede llegar a ser la persona más dificil para experimentar el verdadero conocimiento que aparece espontáneamente en el interior del propio sistema sutil cuando este se va purificando.
Para que el conocimiento vivo pueda llenar nuestra conciencia primero ha de existir el espacio para que este pueda ser contenido. Si hemos llenado nuestra mente hasta rebosar de conocimientos artificiales, primero hemos de vaciarla para que pueda ser llenada con el verdadero conocimiento que aparece como un saber absoluto en nuestro interior, sin necesidad de que nadie nos lo comunique ni de tener que leerlo en algún libro.
Este conocimiento nos hace humildes y sencillos y disuelve el ego del buscador que se considera más elevado espiritualmente que otras personas.
Cuando uno empieza a comprender un poco entonces puede decir; "yo solo sé, que no sé nada"
Hay tanto desconocido, tanto por comprender, tanto por aprender. Pero solo el conocimiento vivo que nace en nuestro interior de un modo espontáneo es capaz de nutrirnos del modo adecuado, transformando nuestra conciencia ampliandola, y haciéndonos personas más amorosas, compasivas y humildes.
Kundalini es la energía divina en nuestro interior que nutriendo los chakras a través del canal central, sushumna nadi, despierta este conocimiento interno y transforma nuestra personalidad de un modo espontáneo y natural. Es la piedra filosofal, la piedra chintamani, el kit de la cuestión.
Pero el despertar de kundalini ha de ser algo natural y espontáneo como todos los procesos vivientes que existen.
Shri Mataji, concede este despertar espiritual, y como una Madre muy dulcemente despierta nuestra kundalini, relajando nuestra mente y nuestra alma.
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