lunes, 27 de septiembre de 2010

Meditación con Kundalini



Esta es una meditación en dos partes, en la primera subimos desde el mooladhara hasta el sahasrara y en la segunda meditamos en el sahasrara. Os deseo una bella experiencia.

Descargar meditación parte 1

Descargar meditación parte 2



domingo, 19 de septiembre de 2010

Chintamani, la joya suprema.

Un hombre buscaba con incontrolable ímpetu la suprema joya Chintamani. Esta joya singular concede todos los deseos y colma de suprema satisfacción a aquel que la posee. El buscador recorrió los cuatro confines de la Tierra, visitó a innumerables gurús y maestros, y practicó todo tipo de complejos ejercicios y penitencias. Entonces agotado y casi rendido, se sentó con la cabeza entre las manos, y pensó en lo difícil que era su tarea. En esta pose desconsolada yacía cuando un sencillo y humilde hombre se acercó a él. Aquel hombre no tenía la presencia de aquellos grandes gurús que había visitado, ni el semblante austero de los sadhus con los que había convivido. Era un hombre de lo más normal, con la cara relajada y tranquila, y los ojos brillantes como un niño. Este hombre le ofreció al buscador la ansiada joya Chintamani. Pero el buscador sin ni siquiera ofrecer el menor interés, le despreció pensando que aquel sencillo hombre no podía concederle tan preciado bien, y arrojó la suprema joya al suelo como si fuera una vulgar piedra.

Después de su larga búsqueda, el mismo Señor vino a verle y le ofreció su anhelo más profundo. Pero el, engañado por la idea que en su mente había creado de su búsqueda, rechazó al mismo Señor, que de su misma mano le quería otorgar el regalo.

Y así, ciego a la verdad que se esconde en la naturalidad de un simple hombre, el buscador renegó de su ansiado premio. Continuó vagando durante innumerables vidas, soportando la desdicha y la pena, y sin poder alcanzar la joya que podría haberle colmado de los mayores dones.

Hoy hemos estado algunos sahaja yoguis dando el despertar de Kundalini a las personas que nos encontrábamos por la calle. Y es curioso ver como las personas que se supone más espirituales, personas que llevan muchos años meditando y buscando, no podían aceptar el recibir el despertar de su Kundalini tan fácilmente. Estaban tan condicionados por lo que habían leído o les habían contado, que ni siquiera se podían conceder dos minutos para recibir esta joya divina, que desde hace cientos de vidas yace en su interior esperando el momento del despertar.

¿Somos el buscador que despreció la joya Chintamani después de buscarla toda su vida? ¿Estamos tan aferrados a las ideas artificiales que hemos adquirido de los libros y de lo que nos han contado, que no podemos experimentar la verdad viviente?

Esperemos que en cualquier caso El Señor nos conceda otra oportunidad de abrir los ojos a la verdad, y recibamos su divino regalo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Meditacion, soy espíritu


Os ofrezco esta sencilla meditación donde afirmamos la gran verdad de nuestra esencia espiritual en todos los chakras.

Descargar meditación soy espíritu.


domingo, 5 de septiembre de 2010

Más allá de los gunas

Somos espíritu, aunque este esté dentro del cuerpo.

El cuerpo está ahí y podemos percibirlo claramente. Está el cuerpo físico sujeto a las leyes de la naturaleza y a los pares de opuestos. También está el cuerpo emocional, influenciado por un mundo incontrolable de emociones, deseos y miedos. También está el cuerpo mental que proyecta en la inmaculada pantalla de la experiencia, un infinito flujo de pensamientos e ideas. También está el cuerpo sutil con sus nadis y chakras, que expresan los tres gunas primordiales, y que puede ser afectado por energías externas a nosotros de variada índole.

Todos estos cuerpos son asumidos por el ego como el yo verdadero, aunque esta sea una ilusión bien declarada por todas las escrituras sagradas. No somos el cuerpo, ni la mente, ni las emociones, ni siquiera el cuerpo sutil que despliega las esencias divinas en nuestra personalidad.

Somos espíritu. Si, bien, pero, ¿he de creérmelo tan solo porque alguien lo diga, o por leerlo en algún libro?

El espíritu solo puede ser experimentado por el mismo espíritu. Esta es una experiencia viva. Cuando esta experiencia se empieza a manifestar en el ser humano, aunque sea en alguna situación esporádica, adquirimos la llave para dar un salto evolutivo al estado del Ser Puro. En este estado aprendemos a identificarnos progresivamente con nuestro verdadero Ser, el Espíritu. Cuando nos identificamos con el espíritu, al mismo tiempo nos desidentificamos de nuestras envolturas pasajeras que son los cuerpos que sirven de asiento al espíritu divino. En esta situación ya no estamos afectados por los tres gunas, rajas, tamas y satva. Vivimos más allá de ellos en un estado de equilibrio, paz y gozo interior. Percibimos todo los que nos rodea, así como nuestros cuerpos con sus diferentes estados y fases, discriminando perfectamente lo que somos verdaderamente de lo que no. En este estado los chakras se mantienen en un estado de apertura, sin bloqueos ni obstrucciones. Este estado es real y posible, es sin duda nuestra meta segura. En este estado actuamos sin actuar, porque no nos identificamos en ningún caso con los órganos de acción.

El ascenso de kundalini por el canal central y su unión con el espíritu, nos llevan a esta experiencia transcendental, que cambia de un modo profundo nuestra percepción.

Pero esto ha de ser una experiencia real, y no un juego mental de nuestro ego, que imaginándose ser un ser espiritual asuma el control de nuestro ascenso. En ese caso no podremos estar más allá de los gunas, sino que seguiremos influenciados por ellos y arrastrados por su torrencial corriente.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Ego, el compañero de viaje

El otro día meditando me di cuenta del modo de tratar con mi ego.

Mientras meditaba sentí una luz interior que se proyectaba dentro del cuerpo. Era una luz que me tranquilizaba y me llenaba de paz y gozo interior.

Esta luz recorría diferentes partes de mi cuerpo hasta llegar a la zona izquierda de la cabeza. La zona frontal e izquierda de la cabeza es donde se sitúa el ego. Cuando esta luz amorosa llegó a esta zona empezó a llenarla, iluminándola de un modo suave y dulce.

¡Entonces me di cuenta!

La luz de espíritu ha de iluminar el cerebro. La luz espiritual ha de derramar su esencia, el amor divino, sobre este ser ilusorio que es el ego. No he de luchar contra el ego, ni he de considerarle mi enemigo, aún cuando su existencia sea el velo que me separa de la experiencia de mi propia divinidad. El ego ha de ser llenado de la compasión divina, y cuando esta luz verdadera le llene completamente, él mismo se disolverá en la experiencia de la unidad.

Al igual que esta luz que surgía de mi corazón derramaba su amor con gran dulzura sobre el ego, del mismo modo he de considerle mi amigo, ni niño amado, ni compañero de viaje. Aprendiendo a derramar amor sobre él, el será mi amigo y mi compañero.

Quizás por eso Shri Krishna decía en su Gita que para aquel que está en paz y equilibrio, su ser inferior es su amigo.