Os ofrezco este párrafo de este maravilloso libro del gran santo indio Jnanadeva, comentando un verso del Bhagavad Gita.
"Mientras que el aspirante está escalando la ladera del Yoga,
se dice que la acción es el camino para alcanzar el estado de perfecta ecuanimidad,
y después de que el aspirante ha alcanzado el ascenso,
el consiguiente estado de paz se dice que es el modo para mantener el estado que ha conseguido”.
Uno debería tener deseo de alcanzar la cima del camino de ascenso del Yoga, pero no debería abandonar los peldaños del camino de las acciones. Con la ayuda de esos peldaños debería dirigir su paso hacia el estado del yoga, a través de la auto-restricción y del exhaustivo auto-control. Entonces debería ascender hasta la cima del precipicio a través del control de la respiración. Allí se ha de enfrentar con otro precipicio, a través de la restricción de los sentidos de sus objetos, cuyo camino es tan resbaladizo que incluso el intelecto no puede sujetarse o poner su pie firmemente sobre él. En este punto incluso los Hatha yoguis pierden el equilibrio y se precipitan hacia abajo. Pero con el constante estudio y la práctica, las uñas del ascetismo pueden aferrarse sobre un saliente a través de la restricción de los sentidos y de este modo se puede alcanzar la extensa región de la abstracción de la mente, así como el altiplano del aliento. Esta misma región ha de ser atravesada hasta que se alcance el estado de la profunda y abstracta contemplación. Aquí acaba este camino y también cesa la existencia del apego a las acciones, ya que la meta y el camino se unen aquí en un abrazo y se vuelven uno solo. Aquí se acaban las palabras acerca de ningún paso posterior, mientras que todos los recuerdos del pasado son destruidos y el Yogui se mantiene establemente en el claro terreno de la inalterable concentración de la meditación espiritual. Ahora debería narrarte, las señales de aquel que ha alcanzado la posición más elevada, a través de la inalterable concentración de la meditación espiritual.
Este párrafo muestra el difícil camino de los yoguis hacia el estado de la perfecta concentración espiritual, el estado de perfecta paz y armonía.
En Sahaja Yoga, gracias al ascenso e Kundalini este proceso se realiza de un modo mucho más sencillo. A través del deseo puro de alcanzar ese estado, y de una práctica adecuada de meditación y autoobservación, podemos ascender de un modo rápido y firme hacia este estado supremo donde se acaba el sufrimiento y reina el gozo en nuestra vida de un modo permanente.
Aquí tenéis un link para descargar el libro en inglés, traducido del original marathi. JANESHWARI
PRANAM
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