La atención es un poderoso instrumento para elevar la conciencia al estado espiritual. A medida que vamos evolucionando nuestra atención se dirige hacia áreas cada vez más sutiles y puras. Este proceso gradual hace que la atención misma vaya rehusando cada vez más dirigirse hacia zonas oscuras y negativas. De este modo la positividad va aumentando hasta llegar un punto en el cual la atención se va estableciendo en el estado espiritual. En este momento la atención se va apartando de la materia y se dirige de un modo firme hacia la experiencia del espíritu.
En este momento trascendental la atención comprende que ha de apartarse de un modo radical de todo pensamiento negativo, de toda crítica, de toda duda sobre uno mismo o sobre el mundo. Entonces la atención actúa como canal para que la luz espiritual de nuestro amado Señor inunde el corazón con su sagrada presencia. Cada instante se vuelve sagrado. Cada partícula cargada de esencia Divina. La atención hechizada entonces por la arrebatadora experiencia espiritual, se funde con el Ser infinito e ilumina el cerebro.
Apártate sin dudarlo de la venenosa duda sobre ti mismo,
aléjate lo más rápido que puedas de todo pensamiento negativo,
expulsa de tu corazón toda crítica sobre cualquier hermano,
no dejes ni por un segundo que tu atención se encamine hacia la oscuridad.
Permite que la luz se derrame sobre tu cabeza,
que la gracia cure tu corazón herido,
que las lágrimas de amor refresquen su sedienta alma,
y que tu atención unida con tu sagrado Padre
inunde el universo de su sagrada esencia.
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