La Atención es un aspecto muy importante para la evolución espiritual del ser humano. De hecho es una de las tres cualidades básicas con la que se describe el espíritu; Sat, Chit, Ananda. Chit o conciencia, que es la capacidad para percibir está íntimamente ligada a la atención que es el instrumento para percibir cualquier cosa. Si no ponemos nuestra atención en algo, no podemos percibirlo claramente, igual que si no miramos hacia un rincón de una habitación no podemos ver los objetos que allí pudieran encontrarse. De este modo percibimos aquello en lo cual ponemos la atención y dejamos de percibir aquellas cosas en las cuales no ponemos nuestra atención.
Allí donde ponemos nuestra atención absorbemos la energía de dicho objeto y esta energía influencia nuestra mente y nuestras emociones. Si podemos fijar la atención en aspectos positivos como en la belleza de la naturaleza, en la inocencia de los niños, en las cualidades positivas de las demás personas, en una música relajante, etc, absorbemos su energía positiva y nos sentimos mejor. Si por el contrario nuestra atención se fija solo en aspectos negativos, como la suciedad de algún lugar, las cosas negativas de los demás, las preocupaciones materiales, etc, absorbemos estas energía que nos conducen al sufrimiento. De este modo la atención hace de hilo conector con la energía de todo lo que nos rodea y nos vemos influenciados por el objetivo de dicha atención.
Cuando la atención está perturbada, no podemos fijarla en un objeto y se mueve constantemente de un objeto a otro y de un pensamiento a otro. De este modo perdemos el control sobre nosotros mismos ya que la atención es empujada por las energías del canal derecho de la acción y del canal izquierdo de las emociones y vaga sin descanso por las cadenas de pensamientos sin tener conciencia de que estas energías la están influenciando. Así las personas viven atrapadas en sus propios pensamientos, creyéndose todo los que estos dicen y asumiendo el protagonismo de ellos.
Cuando la energía Kundalini despierta e ilumina nuestra atención empezamos a ser conscientes de la influencia de las energías del canal derecho e izquierdo y nuestra atención nos permite observar todo este mundo interior como un testigo, sin creernos protagonistas de dichos pensamientos sino por el contrario teniendo control sobre los pensamientos y las emociones que hay en nuestro interior. A través de dicha atención iluminada asumimos el control de nuestra vida, que poco a poco y en la medida en que dicha atención se va iluminando más y más, deja de ser dominada por las energías tanto de nuestro interior como del exterior.
La atención y su capacidad para fijarse en un objeto puede ser desarrollada con la práctica. Fijar la atención en nuestro interior y observar nuestros pensamientos, nuestras emociones, la sensación interior, etc, y cuando dicha atención se distrae y se ve envuelta en los pensamientos volver a traerla al estado de contemplación de dicho mundo interior es un ejercicio que fortalece dicha atención. Para traer la atención al interior podemos formular la pregunta, ¿donde está mi atención?, como si la lanzásemos al aire, dejando que nuestra propia atención se establezca en la contemplación o estado de despierta. También podemos usar las palabra neti, neti, que significa yo no soy eso, yo no soy eso, en referencia a todo aquello que es propuesto a través de los pensamientos y que intenta hacer que asumamos la autoría de estos. La práctica continua de este ejercicio establece y desarrolla la atención.
Es muy importante no tratar de ejecutar este ejercicio de un modo rígido o con tensión, ya que nuestra mente suele estar muy cargada de energía de los canales laterales y si lo hacemos con demasiada rigidez podemos causar un bloqueo en el agnya chakra que es donde se cruzan dichos canales. Este ejercicio se ha de realizar como un juego, sin molestarse por la gran cantidad de pensamientos que tratan de distraernos continuamente y simplemente centrando poco a poco la atención. Al fijar nuestra atención en la contemplación del mundo interior percibiremos la gran cantidad de pensamientos que hay en nuestro interior.
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