En Sahaja Yoga se combinan de un modo hermoso los tres
caminos principales del yoga, el bhakti yoga, el karma yoga y gynana yoga.
El Karma yoga representa la
energía de la acción y por tanto del lado derecho. Desarrolla en nosotros
cualidades de disciplina y rectitud que son sin duda importantes en el camino
de ascenso espiritual. Pero debemos ser conscientes de los riesgos que puede
acarrear ya que sin darnos cuenta podemos volvernos fanáticos y
rígidos en nuestras ideas, desviándonos entonces del verdadero ascenso. Cuando
usamos las diferentes técnicas de Sahaja Yoga, los mantras, los pujas o havans,
realizamos karma yoga, que si no está combinado y equilibrado con el Bhakti
Yoga y el Gynana yoga se convierte en meras acciones vacías sin contenido sutil
y espiritual.
El Gynana yoga es el camino del
canal central y la esencia es el conocimiento. Solamente cuando a través de
nuestra experiencia en la meditación y en nuestra vida realizamos nuestra
esencia, se empiezan a manifestar los poderes intrínsecos a dicha
esencia. Pero para alcanzar dicho conocimiento es necesario permanecer en
estado de meditación profunda y mantener este estado durante un periodo
continuado de tiempo.
Pero en realidad hoy quería
compartir mi experiencia con el Bhakti Yoga. Si alguien me preguntase cuál de
estos tres caminos es más directo y satisfactorio sin duda diría que el Bhakti
Yoga.
Bhakti es la esencia del
espíritu que se manifiesta en el lado izquierdo como un amor superlativo hacia
la esencia Divina.
Es un arrebatador flujo de
energía amorosa que disuelve en un instante toda negatividad, bloqueo e
ignorancia.
Solamente el flujo de las lágrimas
de amor pueden expresar tal emoción que se expande hasta el infinito y nos
funde con Dios en un instante.
Es sentir la presencia del
Señor o de nuestra Madre con una intensidad abrumadora, sentir su caricia, su
sonrisa, su mirada compasiva y protectora, su suprema grandeza y poder.
Y en ese amor del Señor hacia
su siervo y del siervo hacia su Señor los dos se funden en un baile cósmico
de emociones indescriptibles donde cada célula del cuerpo parece
embriagada de néctar.
Y cuando en amor hacia su Señor
el devoto recibe el conocimiento de su propia esencia, entonces, al saber que
todo lo que le llena y da vida es solamente su Señor amado y que lo que había
llamado yo era en realidad una mentira ilusoria, el amor se multiplica
hasta el infinito produciendo el fruto de la entrega incondicional por toda la
eternidad.
El que prueba este plato de los
cielos nunca lo cambiaría por ningún otro. El devoto entregado a su Señor
no pide por su iluminación en ningún modo, en cambio en perfecta unión con Él,
le ofrece vivir innumerables vidas de sufrimiento para ayudar en su juego
cósmico.
Más a pesar de todas estas
palabras el Bhakti es indescriptible. El Señor y el devoto desaparecen quedando
tan solo uno. Un amor sin palabras ni forma pero que envuelve y llena todo lo
creado.
Este bhakti es la energía
primordial de Nuestra Madre Adi Shakti hacia Su Señor Sada Shiva. Es ese mismo
amor el que se ha sembrado en el corazón humano y el que permite al devoto
fundirse con su Señor en un sagrado éxtasis del corazón .
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