Aunque bien conocidas por todos los sahaja yoguis las
cualidades del perdón y la compasión del Agnya Chakra no siempre son entendidas
correctamente.
La base de todas la cualidades del Agnya Chakra es la compasión
Divina pero; ¿qué es la compasión en realidad? Quizá pensemos que la compasión
es el sentimiento amoroso y protector que surge del corazón cuando vemos a otra
persona que está sufriendo o necesita algo y que nos hace ayudar a los demás
mientras sentimos; esta pobre persona necesita esto o aquello y como yo no
tengo esa carencia le quiero ayudar.... Este sentimiento que identificamos con
la compasión nos hace dar una limosna al vagabundo, dejar dinero al amigo que
lo necesita, donar cualquier bien a personas de un país tercermundista o
cualquier otro gesto similar.
Pero debemos ser conscientes de que este sentimiento que
llamamos compasión está surgiendo desde una comprensión errónea de la realidad
espiritual del mundo y por tanto no es la verdadera Compasión Divina. La razón
principal es que esta compasión surge del sentimiento de separación donde vemos
a la otra persona necesitada por un lado y nosotros con la capacidad de
ayudar por otro. En el estado de separación el sentimiento amoroso de compasión
esta tintado por nuestro ego.
La verdadera compasión surge desde la comprensión profunda de que
el otro es yo mismo. En este estado de unión la ayuda, si es necesaria, surge
de un modo espontaneo sin asumir uno mismo que está ayudando en modo alguno. Si
ayudamos monetariamente a otra persona en realidad nos ayudamos a nosotros
mismos ya que no existe el otro sino que somos uno solo. De este modo el gesto
material económico o de cualquier otro tipo va cargado de la compasión Divina
volviéndose un gesto trascendental para todos los implicados.
Este es el comienzo de la manifestación de las cualidades
superiores del Agnya Chakra que descubrimos cuando entramos en el estado de
Nirvikalpa.
Cuando alcanzamos la comprensión de que nuestra esencia es Madre,
la compasión Divina, comenzamos a derramarla en el colectivo y las cualidades
del perdón surgen de un modo natural y espontáneo. Pero hay una cualidad
superior al perdón aunque directamente ligada a él y es el sacrificio. Esta
cualidad fue la que manifestó El Señor Jesucristo cuando se aproximó a la cruz,
sabiendo lo que le esperaba, aceptando el sufrimiento de buen grado para
conceder a cambio la salvación.
Si observamos la vida de todos los grandes santos podremos
reconocer este gesto de sacrificio. Todos ellos fueron torturados, criticados,
maltratados y muchos de ellos incluso asesinados. Mas ellos eran bien
conscientes de que en su interior solo existía el amor divino y lo derramaban
indiscriminadamente allí donde iban. Es sintomático que siempre se haya
repetido en la historia de la humanidad el maltrato a los santos, especialmente
en los comienzos de su andadura espiritual. Esto muestra que dichos
acontecimientos en las vidas de los santos son parte del proceso de expansión
espiritual donde la compasión se amplía hasta llegar a los mayores sacrificios
imaginables por amor al espíritu en todos. Aquí el perdón ya está asumido
previamente y el santo se aproxima hacia su penitencia y la recibe de buen
grado para poder conceder el amor de Dios a cambio.
En Sahaja Yoga también pasamos en muchos casos por un proceso
similar y debemos aprender el arte de saber recibir la crítica o el odio
y mantener siempre el flujo amoroso en nuestro corazón.
Cuando profundizamos en el amor de Dios comprendemos que Él es
nuestra misma esencia. Sabemos que allí donde vayamos somos un instrumento para
que ese amor de Dios que es su mismo cuerpo bendiga a todos los que nos rodean,
sabemos que somos el catalizador para que otros alcancen el estado de Nirvikalpa,
adoramos a todos los que nos rodean
porque sabemos que son en realidad Madre. Entonces deberíamos ir como
nuestra misión principal en la vida, a todas las reuniones colectivas para
recibir la crítica y el odio y derramar ese amor sublime a cambio.
Este es el mismo gesto de sacrificio que nos enseñó Jesús y
debemos comprenderlo y desarrollarlo a través de nuestra propia experiencia.
Este hecho me hace reflexionar que aquellos yoguis que se vuelven
focos de la crítica en muchos casos colectivamente podrían quizá ser en
realidad aquellos que están profundizando más. También me hace reflexionar que
ese juego donde somos criticados y atacados que podría parecer malvado, en
realidad podría ser el regalo divino para ayudarnos a desarrollar cualidades
que están muy próximas a la esencia más sutil y profunda del Divino.
Este proceso de sacrificio expresa el nivel supremo de entrega. En
esta entrega el alma está dispuesta a sacrificarse eternamente en el altar del
amor Divino.
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