jueves, 7 de noviembre de 2019

¿Quién soy yo?


¿Quién soy yo?  La  pregunta última que una vez respondida acalla todas las demás preguntas. Más es bien cierto que la respuesta a esta pregunta no puede ser en modo alguno forzada o controlada por la voluntad de nuestro ego. 

Solamente podemos acercarnos a la verdad con el corazón de un niño, con inocencia y humildad. Es en lo pequeño donde reside la grandeza, es en lo suave donde se expresa la gran fortaleza.




Se dice que os hagáis una pregunta a vosotros mismos: “¿Quién soy yo?” Tan pronto como os hacéis esta pregunta os quedáis sin pensamientos y por lo tanto os sentís perdidos, no podéis contestar esta pregunta. 

Podríais decir “soy una mujer, soy esto, soy aquello, yo soy… un obispo, o soy un Papa, yo soy esto o yo soy eso”. Pero, una vez que sois un alma realizada, ¿quién os dirá qué sois? Porque, a vosotros, quien os lo dice es la mente, la cual ya no existe, no hay pensamiento.

 Esto significa que os disolvéis en vosotros mismos, esta es la Realidad, y no dejáis de daros cuenta, aunque ahora esto es otra cosa.

~ Shri Mataji Nirmala Devi

Octava Noche Del Navaratri 
Nirmal Temple, Cabella Ligure (Italy) 1996






El gran Ramana con su profunda mirada vibrante de inocencia nos muestra como aproximarse a la meta que buscamos.


¿Cómo hacer que la mente se aquiete?

Mediante la indagación de "¿Quién soy yo?". 

El pensamiento "¿quién soy yo?" destruirá todos los otros pensamientos y, al igual que el palo que se usa para atizar una pira ardiendo, finalmente terminará por destruirse. 

Entonces surgirá la realización del Ser.




Abandonando la actitud de indagar exteriormente cada vez más, «¿Quién eres tú? ¿Quién es él?», es mejor indagar siempre interiormente con gran interés sobre uno mismo, «¿Quién soy yo?»

Si uno presta atención al centro de uno mismo con una mente aguda para saber «¿Quién soy yo?», la identificación «yo soy el cuerpo» muere y la Realidad brilla como «Yo-Yo». Entonces las ilusorias diferencias, que son como la azuleidad vista en el cielo, desaparecen.

Todas las dudas y preguntas pertenecientes a la dualidad y otreidad son destruidas por la pregunta «¿Quién soy yo?» Esta pregunta, «¿Quién es este "yo" que duda y pregunta sobre otras cosas?», se vuelve ella misma el Brahmashtra, y destruye la apariencia de toda otreidad, que no es nada sino oscura ignorancia.


~ Ramana Maharshi




La auto indagación ¿Quién soy yo? ha de ser practicada sin expectativas, sin ánimo alguno de recompensa espiritual, sin siquiera condicionamiento alguno de las escrituras sagradas. 

Solamente el niño interno puede recibir la grandeza de su respuesta, el niño que juega inocentemente siempre con una sonrisa en su rostro, siempre dispuesto a auto examinar hasta el más oculto rincón de su alma. 

El niño que desterró de su deseo puro todo rastro de egoísmo, aquel que se entrega sin condición y sin pedir nada en absoluto para sí mismo, el que se sabe infinitamente bendecido cuando le rodean innumerables dolores y dificultades, el que es fe inamovible en la bondad de su Madre Divina, él es el único que por fin empujó la puerta del palacio dorado de la Diosa.






¿Quién eres? Hazte la pregunta. ¿Quién soy yo? 

Si eres el Espíritu Puro, no es más que amor. Y en el amor piensas en los demás, en los problemas de los demás tratas de hacer que otros se sientan cómodos. 

Intentas cuidar a los demás y no solo te cuidas a ti mismo y te preocupas por ti mismo. 


~ Shri Mataji Nirmala Devi
Sahasrara Puja, Cabella Ligure (Italia)1997




Solamente el niño puede acercarse a la Madre sagrada que es la vibración divina del espíritu interno, el amor incondicional. 

El niño se regocija entonces en la grandeza de su Madre, se deleita con una belleza que le eriza el vello. Arrobado en un gozo indescriptible no puede contener profusas lágrimas de amor Divino. 

Es entonces cuando el niño se vuelve la Madre y la Madre se vuelve el niño. Es entonces cuando dos se transforman en uno solo, el espíritu de Dios, el espíritu santo.

Desde ese momento el amor de la Madre fluye desde cada poro de la piel de su hijo derramando luz de los cielos en todos sus hermanos. 

1 comentario:

  1. ¡¡MUCHAS gracias, José!!

    Meditar en el SER,es la clave...
    Gracias por recordármelo🥰🤗

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