sábado, 5 de julio de 2014

El deseo puro, la presencia de Madre

El deseo puro de experimentar el espíritu ha de ser verdaderamente puro, lo cual significa que ha de estar totalmente limpio de la influencia del ego y el superego. La influencia del ego hace que al desear tengamos la expectativa de recibir lo que deseamos. Si no lo recibimos nos produce desasosiego e impaciencia. Este tinte de ego en el deseo puro hace que la respuesta del océano de amor no sea tan directa y rotunda.

El deseo puro fluye espontaneamente como las llamas de un fuego ardiente elevandonos hacia Madre. Pero en vez de tener la expectativa de recibir una respuesta debemos afirmarnos en una fe inquebrantable en el hecho de que Madre nos va a bendecir del mejor modo posible en el mejor momento posible. Ya sabemos que vamos a ser bendecidos. Ya sabemos que vamos a experimentar el espíritu de un modo total. Ya sabemos que todo el universo está conspirando para elevarnos.

Si es así; ¿cómo colocar expectativas en el interior de este espacio rebosante de fé?

La fe de que lo conseguiremos es la herramienta que aviva el fuego del deseo puro. Pero; ¿Porqué habría de ser hoy, mañana o el próximo año?  Nuestro momento mágico ya ha sido decidido en el corazón del espíritu sagrado. Ya todo ha sido culminado. Que diferencia hay si la manifestación material se produce hoy o dentro de algunos años? ¿Acaso no tiene el espíritu, el poder de decidir jugar el juego de la creación, el tiempo que considere apropiado? 

Se ha de producir en nuestro interior la realización de que ya hemos sido bendicidos, hecho este que produce el estado de satisfacción imperturbable donde todo se convierte en bendición. Incluso los hechos asi llamados "negativos" se convierten en instrumentos para asentarnos con mayor firmeza en el estado de Kalyan donde todo son bendiciones. En este estado no caben expectativas de ningún tipo, ni impaciencias, ni desasosiegos.

En este video Madre habla de ello.

Vivir en este estado de satisfacción, esperando  la experiencia total con deseo ardiente, pero con paz y confianza, es aprender a ver el juego del espíritu del mismo modo en las partes buenas que las partes malas de la vida. Aprender a aceptarlo todo con un corazón ferviente por amor al Señor. Aprender a adorar al Señor en lo bueno y en lo malo. Aprender a abrir el corazón  al Señor en todas y cada una de sus manifestaciones en el mundo. 

Madre es todo y siempre lo ha sido. Puedes estar más cerca de ella ahora en el lugar que te encuentres, de lo que muchos han estado cuando estaban en su presencia física. Puedes hablar con ella ahora y siempre, mas directamente de lo que han hablado otros con ella  en su presencia física. Porque ella es tu, ella es todos. Si la encuentras en el interior del corazón te vuelves uno con ella y esta unión es total. Nunca sentirás algún defícit por no haber estado en su presencia física. Su presencia espiritual es mucho mayor y más amplia, sin limitación ni forma.

Entonces la preocupación de lo negativo y lo positivo desaparecerá de tu mente. Ella es todo y tu estarás abierta a ella en todas sus manifestaciones. Si hay algo negativo será eliminado con solo ser testigo. Porque preocuparse entonces si algo o alguien es negativo. Cuando dudamos   en realidad dudamos de nosotros mismos.