domingo, 14 de junio de 2015

El océano de conciencia y el impacto del pensamiento

En el estado de Nirvichara Samadhi o conciencia sin pensamientos, se manifiesta la realidad de forma pura.

La realidad es lo que es, todo lo que existe.

En su aspecto saguna todo lo que podemos percibir con los sentidos, el mundo material , las emociones, los pensamientos y  para un yogui realizado las experiencias sutiles del alma, los nadis y chakras. En su aspecto nirguna la experiencia espiritual de existencia pura, la conciencia y su energía el amor divino. Tanto el aspecto saguna como el nirguna son en realidad uno solo. Podriamos describirlo como un océano que contiene todo en su interior. Cada persona es un gota de ese océano, cada situación una ola o movimiento de sus aguas.

En el estado de conciencia sin pensamientos, cuando la atención contempla este océano descubre su esenciá de paz. El océano divino es fuente de paz, de gozo y de amor. La simple contemplación de lo que queda cuando no hay pensamiento  manifiesta la naturaleza profunda del océano de conciencia.

¿Pero que ocurre cuando cae un pensamiento sobre las aguas en total calma de este oceáno de paz?



Podríamos decir que ocurre lo mismo que cuando cae una gota de agua sobre la supercie de un lago en calma. Se produce un impacto sobre la superficie del océano y nace una onda expansiva que se va extendiendo sobre la superficie.  Dependiendo de  la fuerza y profundidad del impacto de dicho pensamiento la onda alcanzará más o menos fuerza. Esto implicará en primer término la aparición de una emoción asociada a dicho pensamiento. La fuerza que alcanza dicha emoción está determinada por la profundidad del impacto del pensamiento. Dicha emoción servirá de catalizador para la aparición de una cadena de pensamientos  asociados  que podrían arrastrar la mente a estados de preocupación, ira, miedo, culpa, etc.

Así pues, la profundidad del impacto del pensamiento es lo que determina la fuerza de la reacción interior y la intensidad del estado de sufrimiento y preocupación. Ahora bien; ¿Qúe determina la profundiad del impacto del pensamiento  sobre el océano de conciencia?  El factor más determinante es la identificación con  el pensamiento.

Si nos identificamos con gran intensidad con el primer pensamiento o idea, la profundidad del impacto sera mayor y la consecuente ola expansiva de sucesivos pensamientos tendrá más fuerza, acrecentando la emoción y finalmente el estado de preocupación o sufrimiento.

Si somos conscientes cuando aparece el primer pensamiento y se produce la emoción consecuente y voluntariamente nos desidentificamos de dicho pensamiento o idea podemos ser capaces de detener la onda expansiva y de este modo la producción de sucesivos pensamientos asociados.

La identificación con el pensamiento es la clave del proceso mental que nos lleva a estados de sufrimiento y preocupación.

Pero los yogis sabemos que no somos el pensamiento. ¿Acaso no podemos verlos y ser testigos de ellos.......?

Para aclarar este tema que podría ser complejo de entender quiero compartir una experiencia de mi querido amigo Bruno.

Durante un encuentro de profundización, mientras todo el grupo  estaba haciendo la sesión de meditación una de las personas asistentes salio de la sala. Unos segundos después mi amigo empezó a oler el humo de tabaco y asumio que la persona que acababa de salir estaba fumando. Entonces apareció el primer pensamiento que cayó sobre el océano de conciencia. ¿Como es posible que está persona venga al encuentro de meditación y justo cuando estamos profundizando en la meditación salga de la sala? Además empieza a fumar al lado de la puerta y permite que todo el humo entre dentro de la sala de meditación. Como consecuencia de una gran identificación con este pensamiento se prudujo un gran impacto en el oceano de concienca, y apareció una emoción de ira de  gran intensidad. Entonces sucesivos pensamientos fueron apareciendo justificando lo negativo de tal situación. La emoción fue creciendo y en pocos minutos mi amigo se encontraba en un estado de gran agitación interior. Entonces se dió cuenta. ¿Qué me está pasando? En estos momentos estoy fatal. Yo estoy fatal. 

Esta experiencia muestra como incluso los condicionamientos positivos pueden  producir efectos negativos si nos identificamos con ellos y no comprendemos la verdad.  La realidad es lo que es. Todo es uno con la naturaleza. Los condicionamientos positivos me ayudarán a mi personalmente a crecer en la realidad, pero no deben ser forzados sobre la realidad misma ni sobre otras personas.