lunes, 24 de agosto de 2009

El Maestro verdadero


En estos tiempos modernos donde la búsqueda espiritual se ha convertido en un negocio para muchos y donde han aparecido inmumerables caminos y técnicas de crecimiento personal, el buscador sincero se encuentra en una encrucijada que marcará de un modo muy especial su evolución espiritual.

Existe la creencia en muchas personas de que todos los caminos conducen al mismo sitio, que todas las técnicas nos pueden aportar algo positivo, que todas las enseñanzas nos pueden ser de ayuda. Según mi propia experiencia esto no es del todo cierto. Si bien hay técnicas que nos pueden ayudar, hay muchas otras que además de no aportarnos ninguna ayuda real, nos apartan del camino de la verdad y dañan nuestro sistema sutil, dificultando en gran medida nuestra conexión espiritual con la energía Divina a través de nuestra energía Kundalini.

Discernir entre un camino verdadero que nos ayuda en nuestro ascenso y otro que no nos ayuda e incluso puede ser perjudicial, es una taréa muy difícil si no hemos recibido el despertar de Kundalini. Antes de la realización el ser humano solo tiene la ayuda de la mente, con sus condicionamientos y su ego que en si mismos son limitados y que no son un instrumento capaz de percibir la esencia espiritual de lo que nos rodea. Además los falsos maestros son especialistas en cautivar la mente y el ego del buscador, dominando de este modo nuestra voluntad y nuestra decisión.

Aunque al comienzo de algunas prácticas podemos sentir leves mejorías en nuestro interior, la señal inequívoca de que el camino es equivocado es cuando perdemos el control sobre cualquier experiencia o cuando los resultados en nuestra vida diaría no mejoran nuestro estado de paz interior.

Un concepto muy importante es la falsa comprensión de que podemos pagar una determinada cantidad de dinero y alcanzar un determinado nivel de maestria, o un determinado nivel espiritual. La evolución espiritual no puede ser comprada con dinero sino que se trata de la transformación de nuestra personalidad y esto se consigue solo a través de nuestro trabajo personal en nuestra vida diaria. Por ello todo aquel camino que declare que nos concede determinado nivel espiritual si pagamos cierta cantidad de dinero es de muy dudosa garantía. Podemos pagar por ciertos conocimientos teóricos, pero no por alcanzar un cierto nivel evolutivo.

Así pues en este gran mercado de espiritualidad que se nos ofrece hoy en día estamos a merced de algunas personas que tratan de hacer negocio con ello, otros que no tienen ellos mismos un estado interior capaz de guiar a otros y algunos otros que son verdaderamente negativos e intentan dañar el sistema sutil de los buscadores para apartarlos del camino de la verdad.

¿Como discernir entre esta multitud de opciones, cual es el verdadero camino de ascenso?

Cuanto obtenemos el despertar de la energía Kundalini y la conexión con la energía divina, el fluido de vibraciones a través de nuestro sistema sutil que se expresa como una brisa fresca en las palmas de la manos y lo alto de la cabeza, nos sirve de barometro para medir la esencia espiritual de cualquier persona, cosa, o camino de crecimiento personal.

Cuando ponemos nuestra atención en una persona verdadera o un camino verdadero, sentimos el fluido de la brisa fresca, que siempre va asociado a una sensación de bienestar, paz y gozo interior. Por el contrario cuando ponemos nuestra atención en un camino falso o negativo sentimos un fluido de brisa caliente y una sensación interior de pesadez y malestar. Estas sensaciones que parecen tan sencillas tienen todo un código para saber con exactitud cual es la esencia espiritual de lo que estamos encarando. Según el dedo donde sintamos una sensación de hormigeo o pinchazo sabremos exactamente que tipo de negatividad esta afectando a lo que afrontamos. Este es un conocimiento absoluto y todas las personas con la energía kundalini despierta sienten lo mismo de cualquier persona o camino espiritual que perciban. A través de la energía Kundalini que es la energía de la conciencia percibimos la energía espiritual de lo que nos rodea y podemos discernir con claridad el camino correcto.

Tenemos en nuestro sistema nervioso central el instrumento para medir la verdad. Desarrollemos este intrumento interior y no nos dejemos engañar por la mente, que en cada individuo percibe el mundo de un modo diferente de acuerdo a los condicionamientos que este ha ido acumulando.

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