lunes, 8 de octubre de 2012

La autoiluminación

Es natural que la luz ilumine, que la brisa refresque o que el fuego caliente. Del mismo modo es natural que el Ser Supremo, Atman, se autoilumine a si mismo y realice su verdadera esencia. Tan solo hay que esperar a la estación adecuada. Entonces, al igual que una fruta que madura de un modo natural y espontáneo, nuestro espíritu se autoilumina y realiza su esencia sagrada.

El espíritu comprende a través de la experiencia interior que ya es eso, que es un Ser infinito y sin mancha. Al mismo tiempo comprende que todos los seres son eso mismo, pureza de inigualable belleza. Aunque percibe objetivamente la ilusión con la que el Ser se ha envuelto a si mismo, para de este modo jugar el juego de su propia creación, comprende más allá de toda duda la realidad que se esconde detrás del mundo aparente.  Entonces la elección no puede ser otra. Ya no elije ver el mal en otros seres, sino que por el contrario constantemente ejerce el libre albedrío eligiendo la divinidad en todos.

Oh Ser fuente de pureza; ¿Cómo has podido auto engañarte durante tanto tiempo sufriendo de ese modo la agonía de auto limitarte? ¿Cómo  has podido negar tu esencia en los demás seres eligiendo ver en ellos la ilusión y el engaño? Ahora y por toda la eternidad abandona sin dudarlo el yugo que ata y la venda de tus ojos. Decide a cada paso que  ya eres lo que eres. No necesitas buscar nada ni alcanzar ninguna meta. Nunca has dejado de ser lo que siempre has sido. Pues ya has decidido remover el velo que te cubría y contemplar tu gloria divina.



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