jueves, 11 de junio de 2009

La inocencia en Sahaja Yoga .


La inocencia es la cualidad básica del chakra mooladhara. Es la cualidad que está presente en los niños pequeños que aún no han desarrollado el ego. Esta cualidad es sinónimo de unión con el todo. Cuando la inocencia está manifiesta en nosotros, vivimos la vida como lo haría un niño pequeño, disfrutando de los acontecimientos que nos ocurren como si fuera un juego. En este estado el ego o sentimiento de individualidad no es dominante en nuestra personalidad y gozamos de todo de un modo espontáneo.

Cuando desarrollamos el ego y percibimos nuestra vida y nuestro entorno con una visión de separación, adquirimos todo tipo de condicionamientos, temores, reacciones agresivas, basadas principalmente en la autoafirmación de dicho ego o ser individual. Si nos percibimos como un ser individual y separado de nuestro entorno debemos mantener nuestra posición o status como tal, debemos estar protegidos de nuestro entorno para no ser dañados y debemos controlar lo que nos ocurre. Para ello desarrollamos una imagen artificial de nosotros mismos, que actúa de un modo determinado para conseguir sus propósitos. Esta imagen que creamos es una "gran mentira", que impide que nos expresemos en todo momento con total sinceridad.

Sin embargo la inocencia nos permite experimentar una unión de nuestro ser individual con nuestro entorno, y, al igual que un niño pequeño, nos sentimos integrados con él. Este estado de inocencia va intrínsecamente unido a la confianza en uno mismo y en Dios. En este estado uno confía en que la energía divina que impregna todo y mantiene el nexo de unión entre todos los seres y todas las cosas, siempre actúa para nuestro bien, protegiéndonos, nutriéndonos, guiándonos, etc. Cuando somos inocentes no necesitamos mantener una imagen artificial de nuestra personalidad, ni un status social, ni tememos ser dañados por nadie, simplemente actuamos con total espontaneidad y sinceridad. Es "la pureza en el comportamiento".

La inocencia también va unida a la sabiduría y nos permite saber que es bueno para nosotros y que no lo es. La sabiduría no tiene nada que ver con el conocimiento que podemos adquirir a través de la lectura o a través de la educación, es un saber interior y sutil que nos permite percibir intuitivamente la realidad de las cosas. De este modo una persona inocente es una persona a la que no es fácil engañar.

Cuando somos inocentes y entramos en armonía con la energía divina, nuestra vida sintoniza con toda la positividad del universo y a través de nuestra inocencia todo se hace más fácil, más positivo y sin obstáculos. Al contrario, cuando perdemos nuestra inocencia la vida se hace más difícil y nos ocurren todo tipo de calamidades.

Además de todo esto la inocencia nos otorga una personalidad magnética, que al igual que los niños, atrae a todos en torno a ella. Es fácil entender que por naturaleza un ser humano normal se verá más atraído hacia una persona que refleja una completa pureza en su comportamiento y que no esconde ninguna segunda intención en ella.

Más allá de todo esto la inocencia llena nuestra vida de gozo. El gozo de la inocencia es tan satisfactorio, que una vez experimentado, simplemente deseamos permanecer en este estado de completa unión con el todo. Además la inocencia nos permite la entrega, requisito primordial para la meditación Sahaja. Si la inocencia despierta en nosotros entramos al instante en el estado meditativo y podemos mediante nuestra entrega permanecer en este estado sin perturbaciones.

La inocencia es el primer tesoro que tenemos que descubrir como humanos. Una vez descubierto este tesoro, obtenemos las llaves para poder acceder a todos los demás tesoros que hay en nuestro interior. En Sahaja Yoga a través del despertar de la energía Kundalini, nuestra inocencia es despertada y podemos experimentar en nuestro propio ser esta cualidad tan maravillosa.

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