A menos que
seáis totalmente conscientes de que sois una persona divina, cualquier fe que
tengáis en Mí, el reconocimiento no será completo, porque quién me está
reconociendo es una persona ciega. Si una persona ciega me reconoce, no tendrá
esa respuesta del corazón. Primero tenéis que reconocer que vosotros sois una
persona divina para que tengáis fe en vosotros mismos.
Sahasrara
Puja 5 Mayo 1991
Aquella mañana
el sahaja yogui se levantó como todas las mañanas dispuesto a hacer su
meditación. Se sentó frente a la fotografía de Shri Mataji y saludándola con
gesto devoto rezó sinceramente. Madre por favor ven a mi corazón. Permíteme
sentir tu amor en mi corazón. Por favor, ven a mi cabeza y permite que tu amor
sea la luz de mi mente. Por favor ven a mi atención y permite que mi atención
repose en tí para siempre.
Mas aun siendo
la oración sincera, la respuesta en el interior del yogui apenas alcanzo para
establecerle en el estado de conciencia sin pensamientos. Después de algunos
minutos se auto descubrió pensando como siempre en sus quehaceres mundanos.
Volvió entonces a alzar su rezo hacia su Madre amada. Por favor Madre permíteme
establecerme en el estado de paz y gozo. Permite que el equilibrio se
establezca en mi interior.
Pero de nuevo la
respuesta en su interior fue tan solo momentánea y casi
imperceptible.
En otro lugar no
lejos de allí, otro yogui se levantó también para su meditación. Cuando
encendió la vela ante la foto de Madre la contemplo en el interior de su
corazón y en la sonrisa que alumbro sus labios. Mientras hacía el aarti con una
varita de incienso, la experimento vibrando en cada célula de su cuerpo. Cuando
se sentó ante la foto de su Madre era plenamente consciente de que en su
interior solo había Madre. Su cuerpo era Madre, sus emociones eran Madre, sus
chakras y nadis eran Madre, su conciencia era Madre. ¿Necesitaba pedir
acaso algo? ¿Que pedir y a quién hacerlo? ¿Pediría Madre algo para sí misma?
No, tan solo contemplar la grandeza de Madre en el interior humano llena
de un gozo superlativo y permanente. ¿Y por qué no creer lo que en realidad es
y siempre ha sido? ¿Por qué no practicar la fe en vez de auto limitarnos?
¿Por qué no asumir nuestro papel como sahaja yoguis? ¿Por qué no contemplar a
Madre dentro?
Ella es sin
forma, sin limitaciones, todo en todo. Lo uno y lo otro Ella es. Ella es tú, yo
y todos. ¿Estamos preparados para descubrirnos como Madre? Solo descubriéndonos
como Madre podremos reconocerla en todos. Solo reconociéndola en todos su amor fluirá
como un torrente ilimitado y todopoderoso. Solo así su poder se manifestará en
nuestro interior y alcanzaremos la maestría de nosotros mismos y del
mundo.
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