viernes, 6 de marzo de 2009

Versos de Gñanéshvar


Os ofrezco unos versos maravillosos del gran santo hindú Gñanéshvar, de su libro Amritanubhava, sublime experiencia de la unidad, en los que describe la perfecta unión entre el Dios y la Diosa.

1. Ofrezco mi respetuosa devoción al Dios y a la Diosa, los ilimitados progenitores del universo.

2. El Amante, impulsado por el infinito amor a Sí mismo, se convierte en Su Amada. Ambos comparten el mismo poder, la misma naturaleza y los mismos alimentos.

3. En Su éxtasis de amor mutuo, se devoran, se funden en uno. Pero, de nuevo, se separan, por el placer de ser dos.

4. No son uno solo, ya que no son exactamente idénticos, pero tampoco son dispares. Su auténtica naturaleza supera toda descripción.

5.¡Ambos anhelan tan intensamente disfrutar el uno del otro! Y, sin embargo, no consienten que, ni como diversión, se altere Su perfecta unidad.

6.Ni siquiera su hijo, el universo, es capaz de alterar la indivisible unión de Su amor mutuo, dada la aversión que sienten a separarse.

7. Aunque contemplen cómo surge de Ellos mismos el universo de seres animados e inanimados, no conciben la existencia de un tercero.

8. Comparten el mismo asiento y visten la misma túnica de luz. Eternamente y desde siempre así han vivido, sumidos en la arrebatadora unión de la Felicidad Suprema.

9.La diferenciación, buscando disfrutar de la dualidad entre ambos, se diluyó en la dicha de Su dulce unión al presenciar lo profundo de Su identidad.

10.Gracias al Dios, la Diosa existe y alanza su perfección. Pero sin Ella, Él no es. Existen el uno por el otro.

11.¡Qué unión tan dulce, qué profundo amor mutuo! Ni la infinita expansión del universo es suficiente para albergarlos. Y aun así ambos moran felices en la más diminuta de las partículas.

12. E uno es la esencia vital del otro, sin la cual ninguno es capaz de crear una sola hoja de hierba.

13.Su hogar es el universo, en el cual son los únicos moradores. Cuando el Amo duerme, el Ama permanece despierta y desempeña las funciones de ambos.

14. Cuando Él despierta, la casa entera desaparece, sin quedar absolutamente nada, y ambos se sumen en la inactividad.

15. Para disfrutar de Su propio juego, se convierten en dos, y se buscan mutuamente para fundir sus formas en la Unión Suprema.

16. Ambos existen como un objeto para el otro y cada uno es el sujeto recíproco. Conviven en la mutua felicidad de su unión.

17. Shiva es lo único que existe, bajo cualquier forma. La distinción entre femenino y masculino no es más que nominal. El universo entero surge de estas dos mitades del Uno indivisible.

18. Dos varas y un único sonido. Dos flores y una única fragancia. Dos lámparas y una única luz.

19. Dos labios pronuncian una palabra. Dos ojos otorgan una única visión. Ellos dos, idénticos, crean un único universo.

20. La pareja eterna, que se manifiesta como dualidad, se alimenta del mismo plato.

21. La Shakti, como casta y fiel esposa, no puede subsistir sin Su Señor. Sin Ella, Shiva, el Supremo Hacedor, no es nadie.

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